lunes, octubre 30, 2006

El problema del dolor

Me parece que una de las realidades más profundas de la vida es el dolor. Uno de los autores que ha tratado el tema con mayor atino es C. S. Lewis.

En la excelente página web de conoZe.com he encontrado la traducción de Susana Bunster del libro El problema del dolor. Me parece oportuno copiar aquí el índice con los links correspondientes para facilitar su lectura y comentarios. ¡Provecho!

Prefacio
I.- Introducción
II.- La omnipontencia divina
III.- La bondad divina
IV.- La maldad humana
V.- La caída del hombre
VI.- El dolor humano
VII.- El dolor humano
VIII.- El infierno
IX.- El dolor animal
X.- El cielo
Apéndice



# 31 SUF - El sentido de la vida - Categoría: Sufrimiento (The Meaning of life - Suffering)

martes, octubre 24, 2006

La ciencia debe promover esfuerzo humano hacia el bien

(VIS - 21/10/2006)

Icaro

Benedicto XVI visitó esta mañana la Pontificia Universidad Lateranense. "Un contexto como el académico -dijo el Papa- invita de forma peculiar a entrar de nuevo en el tema de la crisis de la cultura e identidad que estas décadas plantean. (...) La Universidad es uno de los lugares más significativos para intentar encontrar el camino (...) para salir de esta situación", ya que en ella "se custodia la riqueza de la tradición que permanece viva durante los siglos; se puede explicar la fecundidad de la verdad cuando es acogida en su autenticidad" y "se forman las nuevas generaciones que esperan una propuesta (...) capaz de responder a la perenne pregunta sobre el sentido de la existencia".

"El contexto contemporáneo -prosiguió- parece conceder la primacía a una inteligencia artificial cada vez más sometida a la técnica experimental, olvidando que toda ciencia debe salvaguardar al ser humano y promover su tensión hacia el bien auténtico. Supervalorar el "hacer" descuidando el "ser" no ayuda a recomponer el equilibrio fundamental que todos necesitan para dar a la propia existencia un fundamento sólido y una finalidad válida".

"Toda persona está llamada a dar un sentido a su comportamiento, sobre todo si se encuentra ante un descubrimiento científico que toca la esencia misma de la vida personal", subrayó el Santo Padre, y advirtió que "dejarse llevar por el gusto del descubrimiento sin salvaguardar el criterio que procede de una visión más profunda nos haría revivir el drama de un mito antiguo: el joven Ìcaro, en pos del vuelo hacia la libertad absoluta, (...) se acerca cada vez más al sol, olvidando que sus alas son de cera. Paga con la caída y la muerte el precio de esta ilusión. (...) En la vida hay otras ilusiones en las que no podemos confiar sin que acarreen consecuencias desastrosas para la propia existencia y la de los demás".

Dirigiéndose después a los profesores, Benedicto XVI les recordó que tienen " no solo la tarea de indagar la verdad y suscitar estupor perenne, sino también la de promover su conocimiento en todos los aspectos y la de defenderla de interpretaciones reductoras y erradas. (...) Es una cuestión clave para dar una identidad profunda a la vida personal y suscitar la responsabilidad en las relaciones sociales".

"Aprender la esencia verdadera de las cosas, por mínima que sea -dijo el Santo Padre citando a Erasmo de Rotterdam- cuesta mucho trabajo. (...) Este es el trabajo que la universidad debe llevar a cabo, y que pasa a través del estudio y la investigación".

"Dios es la verdad última a la que tiende naturalmente toda razón, movida por el deseo de comprender hasta el fondo el camino designado -concluyó el Papa-. Dios no es una palabra vacía ni una hipótesis abstracta; es el fundamento sobre el cual construir la vida. (...) El creyente sabe que este Dios tiene un rostro y que una vez para siempre, con Jesucristo se ha acercado a todos los seres humanos. (...) Conocerle es conocer la verdad plena, gracias a la cual se encuentra la libertad"



# 30 GSV - El sentido de la vida - Categoría: General
(The Meaning of life)

martes, octubre 17, 2006

Una filosofía moral para tiempos de oscuridad

En el centenario de Hannah Arendt

Por Juan José García Noblejas
(Scriptor 16/10/2006)

ArendttdukesAyer fue el centenario del nacimiento de Hannah Arendt. Admirable y admirada persona, que da la impresión de no haber aún recibido la atención merecida por su pensamiento y sus escritos.

Quizá es como si -al no reconocerla- no quisiéramos reconocer que aún vivimos tiempos de oscuridad, en los que, más que a unas u otras ideologías, teorías y conceptos prefabricados, merece la pena mirar las cosas a la luz de la vida y las obras de algunas personas. Personas también como ella misma.

Puesto que mi admiración por algunos de sus escritos no da de sí para poder rendir ese homenaje, lo he buscado en estos días, hasta ayer, en la red. Y, habiendo encontrado algunas efemérides periodísticas, las ofrezco a continuación.

Pero antes quisiera recordar algunos de sus pensamientos más fuertes e interesantes de su filosofía moral, en parte esquivados o marginados en esos artículos:

Hannah Arendt fue una pensadora 'situada' en su tiempo, que -entre otras cosas- reflexionó sobre el totalitarismo en los años 50, sobre la crisis de la tradición humanística en los años 60, y sobre la legitimación de la violencia en los movimientos de protesta de los años 70.

Hannah Arendt fue una pensadora humilde y fiel ante la realidad de las cosas.

Fue, como dice Elisabeth Young-Bruehl (Hannah Arendt: For Love of the World, Yale Un. Press, 1982), una persona que sabía agradecer las cosas que nos son dadas: la vida misma, la existencia del ser humano y del mundo. Para Annah Arendt esa gratitud es el rasgo más genuino de la 'condición humana'. Una gratitud fundada -decía- en la convicción de que "el mundo, tal y como Dios lo ha creado, me parece bueno". Así escribía en 1947, tiempos de guerra, destrucción y genocidio.

Desde ahí se entiende bien que hable tan profundamente del nacimiento de una persona como radical novedad en el mundo humano, y que las actividades básicas (dentro y más allá de las exigencias de la 'polis') tienen que ver con la capacidad de perdonar y de prometer.

Ana Arendt -a diferencia de Heidegger- mantuvo contra viento y marea la noción de 'humanitas' clásica, incluso -como dejó en el mismo título de un libro emblemático, cuando encontraba que esa humanidad vivía tiempos oscuros.

'La humanidad en tiempos de oscuridad', en los que, mientras se observa que el sentido del mal se convierte en algo banal (Eichmann in Jerusalem. A Report on the Banality of Evil) , aparecen síntomas de nostalgia y búsqueda de la trascendencia. En esta tesitura Arendt sugiere que la iluminación necesaria para ver en estos tiempos proviene menos "de teorías y conceptos" y más "de la luz incierta, titilante y a menudo débil que irradian algunos hombres y mujeres en sus vidas y en sus obras".

Estoy convencido de que Arendt, pensando y sintiendo como hebrea desde el fondo de su alma, admiradora de Aristóteles, de Pablo de Tarso, de Agustín de Hipona, hoy -cuando persisten tiempos de oscuridad- dialogaría muy a gusto con Benedicto XVI.

Estos son los enlaces a algunas páginas de interés general y algunas de las efemérides con ocasión de su centenario:

- Hannah Arendt (1906-1975)

- Hannah Arendt

- Hannah Arendt (Wikipedia, español)

- El perdón y la promesa

- Arendt?s Insights Echo Around a Troubled World

- Trying To Update a 20th-Century Master

- Hannah Arendt, 100 Years Later

- The philosophical Madonna

- Un siglo en pensamientos

- La filósofa que estaba en el secreto

- La filósofa enamorada

- Arendt, el siglo del totalitarismo

- Una de las figuras más fascinantes del siglo XX

- El espectro de Hannah Arendt

- La existencia pensante de Hannah Arendt

- Por qué Annah Arendt importa

- Hannah Arendt: Una mujer libre, contra fanáticos socialistas, liberales, comunistas y demás ralea



# 29 CUL - El sentido de la vida - Categoría: Naturaleza o cultura
(The Meaning of life - Nature and culture)

martes, octubre 10, 2006

Walk the line

Autor
Por Carlos Castro

Vivir en un país Latinoamericano es una experiencia enriquecedora en todo momento. Para bien o para mal, las múltiples limitantes económicas, sociales, culturales o políticas tuercen los destinos de quienes nacimos de este lado del planeta.

Ir de compras al supermercado y salir con menos bolsas de compras porque el dinero no alcanza. Salir a la calle y ver más personas viviendo en la calle. Estar en algún local y contemplar niños vendiendo flores en horas en donde deberían estar jugando en sus sueños. Estar al tanto de las decisiones que tome algún político para saber hasta qué punto nos pueden o no perjudicar. Calcular cuánto se perdió con la última devaluación. Trabajar arduamente día a día sin que pase alguna semana en que sepamos que algún amigo perdió su empleo porque la empresa está peor o que alguna fue víctima del hampa común. Leer la prensa un domingo y ver que han muerto durante la semana más de 50 personas por la violencia de la ciudad…

Miles de cosas que al fin y al cabo son cosas que pasan en el día a día...y nos acostumbramos. Cada mañana suena el despertador y esos hechos vuelven a nuestro inconciente y nos orientan en cada paso a pesar de que “algo” puede pasar. Hace días recordé a Stephen King mientras caminaba por una calle poco iluminada. Miles de veces he caminado por ella a esa misma hora y por alguna razón ese día había algo diferente. Esa sensación me embriagó y me fue inevitable decidir detenerme a ver que era lo que pasaba….fue un momento muy cuesta arriba, que me costó varios pasos hasta que pude detenerme. Pero una vez de pie en medio de la calle mirando en derredor, esa sensación desapareció. ¿Miedo?

La gran pregunta surgió cuando llegue a mi destino: miedo a qué. Perder el control, ser una víctima más, no saber qué hacer, la obscuridad, lo desconocido, las ratas, “algo”: IT. Qué monstruo aturde nuestra conciencia y nos obliga a mirar por el rabillo del ojo cuando caminamos. Qué criatura está matando a los niños del pueblo, como narra la novela de King y destruye nuestra inocencia, sueños, deseos, anhelos…nuestro futuro. Dónde ha quedado ese instante de virginidad que nos fue robado en una vil y fútil violación.

¿Cuál es el mayor miedo que puede paralizar a una persona?: el miedo a vivir. Cada momento es un instante nuevo. Cada lugar, persona, anécdota, vivencia es un punto de autorrealización que puede marcar la diferencia entre que hoy sea un día normal, inusual o parecido a ayer. La rutina es buena consejera pero mata el deseo de vivir y el anhelo de probar e innovar las cosas. La distancia entre una acción u otra la marca nuestra actitud y nuestra capacidad de ver a los ojos a la criatura. Ella no necesita existir, ella no tiene porque mostrarse, ella no tiene que emitir un alarido para demostrar que sigue nuestros pasos o que nos espera en la próxima esquina en las sombras…IT existe cuando aceleramos el paso.

Nada es casual y días después de esa concienzuda violación, guiado por las críticas, comentarios, sugerencias, maldiciones y la controversia y sin conocer el libro vi “El Código da Vinci”, aquella estadía entre el frío y las cotufas avivó más el dolor del ultraje. Dejando de lado los argumentos y motivos para apoyar o no el mensaje de la historia, la cual no comparto, salí de la sala pensado: ¿Qué dirá el mundo de mí cuándo no esté?, ¿quién recordará?, ¿qué recordará?, ¿será diferente?, ¿cuál será mi linaje?, ¿por qué despertar en las mañanas al compás del despertador?
Mientras el cigarro se consume, las escenas traslucen una vieja pregunta: ¿Cuál es el propósito de la vida? Acaso este demonio nocturno está detrás del enigma. IT muere cuando nos detenemos y cada chillido tras la sombra, es una advertencia para quienes deciden hacerlo. Todo depende de uno mismo y de su capacidad creativa inspirada por lo que desea. Probando diferentes formas, cual Ave Fénix reinventarse y renacer de las cenizas, que hacen que la criatura siga o no viviendo.

Ese es el mensaje de la película de Saw: “Cada persona que pierde en el juego es porque le faltaba una pieza vital: el instinto de supervivencia”, nos dice el asesino. Miedo al monstruo. En este juego cotidiano lo importante es amar las circunstancias, dar lo mejor de sí, buscar en nuestro interior la raíz última de nuestro ser y encontrar el motivo real por el cual despertamos y entregarlo. Podemos terminar encadenados de un pie a una tubería mientras escuchamos el mensaje final: “cuál es la cura del cáncer, la misma que el propósito de la vida: la inmortalidad”, y sólo en ese momento comprenderlo todo.

Dejar secuela, un pensamiento rondando la pesadilla de quienes quedan, quedar inscrito en las líneas del tiempo en los labios de desconocidos. Quizás escribir estas líneas. Ser un padre ejemplar. Un profesional exitoso. Solucionar un problema que afecte a miles. Realizar una obra. Hacer feliz a alguien…es nuestra elección entre miles de cosas que nos convertirán en un ser mutable y penetrable que habite en la leyenda urbana…un miembro etéreo de la memoria histórica…el susurro del ayer.

Tal vez no sea la respuesta final pero: “peor que fracasar es no intentarlo”...en este punto me es inevitable tener presente la historia del cantante Jonny Cash en la película "Walk The Line"...hundirse en la mierda pero manteniendo las convicciones claras y constante hasta el fin encontrar la respuesta en quienes y quien a estado siempre... el hombre es un ser que siempre busca ser él mismo. Como dijo Sabato: uno inventa, busca, sueña, crea, fantasea, lucha, pero al final descubre que el fantasma persecutor es Uno Mismo.